Los hispanos forman parte de la sociedad estadounidense desde hace mucho tiempo y han realizado importantes contribuciones, incluido el sector de la educación. Aunque muchas instituciones de educación superior han aumentado su prioridad en el reclutamiento de estudiantes de origen hispano, el reto sigue siendo que las instituciones de educación superior cristiana se comprometan en el reclutamiento, apoyo y retención del profesorado hispano. Además, sigue siendo un reto para los colegios y universidades cristianas encarnar los valores bíblicos en medio del aumento de la población hispana para seguir siendo relevantes y ser un lugar donde todos puedan prosperar. Octavio Esqueda es coeditor de The Hispanic Faculty Experience: Opportunities and Retention in Christian Colleges and Universities, que trata de abordar esta necesidad. Mi entrevista con el Dr. Esqueda nos da una idea del trasfondo de este libro y de los retos relacionados con el profesorado, el personal y los estudiantes hispanos y su lugar en la educación superior cristiana.
¿Por qué pensó que era necesario un libro centrado en el profesorado hispano en las universidades cristianas?
En muchos colegios y universidades ha habido un interés en atraer a más estudiantes hispanos, pero no se ha prestado suficiente atención a atraer a profesores hispanos. Queríamos que los profesores hispanos describieran sus trayectorias en la academia y los retos a los que se enfrentaban porque creemos que la representación es importante. El objetivo del libro es crear una vía para que el profesorado hispano comparta sus experiencias y proporcionar así un marco para que las instituciones comprendan mejor a su profesorado hispano y planifiquen en consecuencia cómo apoyarles.
¿Cuáles son algunos de los rasgos distintivos, aspectos destacados y conclusiones de este libro?
El libro está compuesto por siete profesores que, a través de sus escritos, muestran la rica diversidad de nuestra comunidad. Los autores proceden de primera, segunda y tercera generación. Para algunos, el español es su primera lengua, para otros, el inglés, y algunos son totalmente bilingües. Algunos nacieron y se socializaron fuera de Estados Unidos, otros se asimilaron a la sociedad blanca mayoritaria mientras crecían y más tarde abrazaron la cultura de su familia. También hay diversidad en la forma en que los autores se identifican a sí mismos utilizando los términos Hispanic, Latino/a, Latinx o Latine. Hemos dado libertad a los distintos autores para que utilicen los términos con los que se identifican. Otro rasgo distintivo es que los autores aportan su auténtico yo; sus voces representan diversas disciplinas y etapas de sus carreras académicas. Este libro también pretende aumentar la conciencia de los retos que supone ser profesor de una minoría en espacios blancos. Esta toma de conciencia es crucial para las instituciones que tratan de contratar y retener a profesores hispanos. En cuanto a la estructura, los autores siguieron un marco general que guió su escritura tomado de otro libro del que soy coautor, The Cruciform Faculty: The Making of a Christian Professor,(1) que se centra en la enseñanza, la investigación, el servicio y la mentoría. Así pues, muchos de los autores que han contribuido al libro exponen sus ideas y experiencias en cada uno de estos ámbitos.
¿Podría hablarnos un poco más de la diversidad de términos con los que se identifican los autores?
En Estados Unidos se tiende a clasificar a las personas en función de su nacionalidad, cultura e idioma. Como he mencionado, existe una gran diversidad de orígenes nacionales y culturas dentro de nuestra comunidad. Los términos Hispanic (hispano), Latino/a (latino/a), Latinx y Latine tienen todos sus puntos fuertes y sus limitaciones. Como resultado, no hay consenso sobre cuál es el más preciso o el que mejor capta la amplitud de lo que somos. Los autores utilizaron en sus capítulos los términos que consideraron más adecuados para sus relatos y perspectivas.
¿Cuál es la contribución única del profesorado hispano/latino a las universidades cristianas?
Por un lado, el profesorado hispano contribuye a la academia como todos los miembros del profesorado, son expertos en sus disciplinas y se esfuerzan por enseñar bien. La contribución añadida son las perspectivas que aportan, necesarias para servir bien a un alumnado diverso. Sus conocimientos culturales mejoran su capacidad para relacionarse con los estudiantes hispanos. Pueden empatizar y conectar a nivel personal. En cuanto a cómo el profesorado hispano contribuye a los estudiantes de la cultura mayoritariamente blanca, esto conecta con la diversidad del Cuerpo de Cristo y cómo el aprendizaje se ve así mejorado. Los estudiantes que interactúan con personas que se ven y piensan como ellos durante la mayor parte de su tiempo en la universidad tienen una experiencia educativa limitada. Cuando los estudiantes están expuestos a profesores de diversas culturas, se amplían sus perspectivas y se enriquece su experiencia educativa.
¿Cuáles son algunos de los retos a los que se enfrenta el profesorado hispano que trabaja en universidades cristianas?
Uno de los retos es que el profesorado hispano a menudo se ve presionado para asimilarse a la cultura dominante. Los profesores hispanos a menudo luchan por aportar todo su ser a la academia para sentirse apreciados en su vida académica y contribuir con ideas de sus antecedentes culturales. En mi capítulo cuento cómo muchos de mis colegas me veían como un «profesor hispano» y no como una académica de mi disciplina. No soy un representante simbólico; soy un académico que abraza mi herencia hispana. Otro reto es que el profesorado hispano, así como el profesorado de minorías en general, a menudo hace más de lo que la gente cree. Se les pide que formen parte de muchos comités para que aporten perspectivas diversas, y los estudiantes de color suelen acudir a ellos en busca de orientación, consejo y apoyo cuando se desenvuelven en un campus predominantemente blanco. Si bien estos son puntos fuertes que el profesorado hispano aporta a la institución, estos servicios rara vez se reconocen, consumen mucho tiempo y pueden restar tiempo a aspectos necesarios para la promoción, como la investigación, la escritura y la publicación. Otro factor digno de mención: desde la redacción de los capítulos hasta el momento de la publicación de este libro, dos de los autores colaboradores han dejado sus puestos desde entonces. Es un recordatorio que ilustra lo duro que es este viaje. Varios de los que fueron invitados a colaborar declinaron la invitación por miedo a las consecuencias o a represalias por la publicación de sus historias y puntos de vista.
Usted menciona en la introducción del libro que «los hispanos y las minorías son necesarios pero no necesariamente deseados». ¿Puede explicarlo con más detalle?
El problema de muchas instituciones es que buscan aumentar su número de hispanos y otras poblaciones diversas en lugar de afirmar a los estudiantes para que aporten su identidad de manera auténtica e íntegra. Tener una población diversa requiere que nos adaptemos y aceptemos la diversidad, ya que enriquece a la institución. El reto es que muchas instituciones se resisten a cambiar su estructura y su ética a pesar de su deseo de tener un alumnado más diverso. Esto crea un conflicto. Muchos no se dan cuenta de que la transformación es necesaria para ser instituciones que «sirven» a los hispanos y no sólo instituciones que «matriculan» hispanos. Cuando los estudiantes hispanos se matriculan en colegios y universidades cristianas, la expectativa por parte de muchas instituciones es que se adapten a la cultura dominante en lugar de cambiar sus estructuras institucionales para servir eficazmente a los estudiantes. Al no cambiar sistemáticamente, el mensaje que envían es que quieren que se matriculen estudiantes de diversos orígenes, pero no aceptan la identidad cultural del estudiante.
En este libro se hace hincapié en las historias de los autores, ¿por qué es importante?
Existe la tendencia a pensar que cuando hablamos de hispanos hablamos de temas, no de personas. Por lo tanto, las historias son importantes, especialmente las historias contadas por los propios profesores. Necesitamos oír hablar de las luchas, pero también de las percepciones y los éxitos. Decidimos ser vulnerables y exponer la realidad de nuestras experiencias y retos como un regalo para los lectores. Nuestra esperanza es que nuestras experiencias animen a otros y promuevan una mayor comprensión y validación sobre el llamado divino de servir como miembros hispanos de la facultad en instituciones cristianas.
¿Quiénes esperan que lean este libro?
Tenemos dos audiencias en mente. En primer lugar, esperamos que los profesores hispanos y aquellos que aspiran a enseñar en la educación superior lean el libro y se vean reflejados en las historias. La esperanza es que se animen al ver que no están solos y que, a pesar de los desafíos en la academia, tienen mucho que ofrecer. En segundo lugar, también esperamos que los líderes de las instituciones académicas lean este libro y comprendan lo que significa ser un miembro hispano del profesorado y se sientan motivados a realizar cambios en sus instituciones para acoger y servir mejor al profesorado hispano. También esperamos que los líderes académicos contraten a más profesores hispanos para sus instituciones. Si deseamos que los estudiantes hispanos se matriculen en nuestras instituciones, debemos dar prioridad a la contratación de más profesores hispanos. Esto se aplicaría también a otras culturas y etnias: la representación importa.
Conclusión
Al comienzo de esta entrevista, el Dr. Esqueda declaró que el objetivo de este volumen editado era crear una oportunidad para que el profesorado hispano compartiera sus relatos sobre sus trayectorias vitales y académicas con el fin de dar una visión y comprensión sobre la experiencia del profesorado hispano. El resultado deseado es que aquellos que sirven en los colegios y universidades cristianas obtengan una mejor comprensión de las alegrías y desafíos a los que se enfrenta el profesorado hispano y avanzar hacia el fomento de un sentido más profundo de pertenencia dentro de los colegios y universidades cristianas. Sin embargo, para que el profesorado hispano se sienta apoyado, los esfuerzos deben ir más allá de las interacciones interculturales individuales. La transformación institucional mencionada por el Dr. Esqueda pretende crear un clima en el que el profesorado, el personal y los estudiantes de diversos orígenes se sientan estimulados a aportar su auténtico yo, de modo que la prosperidad humana forme parte de la cultura institucional. Los lectores pueden encontrar inspiración en los relatos que los autores comparten a nivel colegial, pero también se verán desafiados a entablar un diálogo y una reflexión más profundos sobre cómo puede producirse la transformación institucional de forma continuada. The Hispanic Faculty Experience: Opportunities for Growth and Retention in Christian Colleges and Universities (La experiencia del profesorado hispano: oportunidades de crecimiento y retención en los colegios y universidades cristianas) es, por tanto, un recurso importante a la hora de imaginar el futuro de la educación superior cristiana.
Notas a pie de página
(1) Mark H. Heinemann, James R. Estep, Mark A. Maddix y Octavio J. Esqueda, The Cruciform Faculty: The Making of a Christian Professor (Charlotte, NC: Information Age Publishing, 2017).
Nota: Esta entrevista con Glen Kinoshita fue publicada en inglés el 22 de enero, 2024 en el Christian Scholar’s Review Blog. Lo puede encontrar aquí.