El gran pensador cristiano, Francis Schaeffer afirmó que el cristianismo como sistema de pensamiento no empieza con Cristo como Salvador sino con el infinito y personal Dios quien creó el universo. Dios es la explicación de la realidad y la fuente de todo lo que existe. Por lo tanto, en Dios, y en su revelación, la Biblia, encontramos las respuestas a las más grandes preguntas de la vida y un testimonio claro de la grandeza de Dios.
La palabra génesis significa comienzos. El primer libro de la Biblia apropiadamente lleva este nombre. Génesis 1:1 es quizá el versículo más importante de la Biblia en que se sostiene toda la narrativa bíblica “en el principio creó Dios los cielos y la tierra”. La pregunta básica de la humanidad es ¿por qué existe algo en lugar de la nada? La respuesta es el Dios creador del universo (no somos ateos, politeístas o panteístas). Vivimos en el mundo creado por Dios y toda la creación refleja la majestad del creador.
La creación de Dios es tan grande que escapa nuestro entendimiento. Considere las siguientes cifras:
Una idea general del universo:
- El universo está formado por más de 125 billones de galaxias
- Una galaxia se compone de cientos de millones de estrellas
- La Tierra es parte de la galaxia llamada Vía Láctea
¿Cuántas estrellas creó Dios?
- Es una masa de gas incandescente y caliente
- Astrónomos modernos calculan que hay más de “1 + 22 ceros”
- Sin telescopio, podemos ver hasta 5 mil estrellas
- Algunas son 500 mil veces más calientes que el Sol mismo.
¿Cómo es el sol?
- Es una de 100 billones de estrellas en el universo
- Mantiene al Sistema Solar unido (fuerza de gravedad)
- Su centro tiene una temperatura de 16 millones °C; el exterior 5,500°C.
- Puede seguir brillando así por 6 billones de años más
¿Cómo es la tierra?
- Tiene 12 mil Km de diámetro
- Está 149,503,00 Km del Sol = 8 min. luz
- Compuesta por 1.35 quintillones de Toneladas cúbicas de agua = 1/4400
- Su centro mide 1275 Km de radio y tiene una temperatura de 6,650 °C
¡La creación de nuestro Dios es majestuosa y sublime! Existen dos argumentos que tradicionalmente se han usado para argumentar la existencia de Dios los cuales tienen como base el maravilloso universo en que vivimos. El primero es el argumento cosmológico en donde se parte del orden asombroso de este mundo: a) algo existe; b) ese algo no puede provenir de la nada; c) algo (o alguien) tiene que haberlo causado. Obviamente, ¡Dios es el origen y la causa de toda la creación! El segundo es el argumento teleológico (telos, significa fin o término). El diseño, orden y complejidad del universo señalan a un ser inteligente como creador: a) todo orden y diseño implican un diseñador; b) todo lo que nos rodea es un diseño; c) por lo tanto, tiene que existir un diseñador.
La Biblia es clara en declarar que nuestro Dios es el creador del mundo en el que vivimos y de todo el universo. Los siguientes pasajes nos muestran la grandeza de Dios manifestada a través de su creación.
Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra de sus manos (Salmos 19:1)
Tú pusiste la tierra sobre sus cimientos, y de allí jamás se moverá… Tú hiciste la luna, que marca las estaciones, y el sol, que sabe cuándo ocultarse. Tú traes la oscuridad, y cae la noche, y en sus sombras se arrastran los animales del bosque… ¡Oh Señor, cuán numerosas son tus obras! ¡Todas ellas las hiciste con sabiduría! ¡Rebosa la tierra con todas tus criaturas! (Salmos 104: 5, 19, 24)
¿Quién ha medido las aguas con la palma de su mano, y abarcado entre sus dedos la extensión de los cielos? ¿Quién metió en una medida el polvo de la tierra? ¿Quién pesó en una balanza las montañas y los cerros?… Él reina sobre la bóveda de la tierra, cuyos habitantes son como langostas. Él extiende los cielos como un toldo, y los despliega como carpa para ser habitada… Alcen los ojos y miren a los cielos: ¿Quién ha creado todo esto? El que ordena la multitud de estrellas una por una, y llama a cada una por su nombre. ¡Es tan grande su poder, y tan poderosa su fuerza, que no falta ninguna de ellas!… ¿Acaso no lo sabes? ¿Acaso no te has enterado? El Señor es el Dios eterno, creador de los confines de la tierra. No se cansa ni se fatiga, y su inteligencia es insondable. (Isaías 40: 12, 22, 26, 28).
Porque así dice el Señor, el que creó los cielos; el Dios que formó la tierra, que la hizo y la estableció; que no la creó para dejarla vacía, sino que la formó para ser habitada: «Yo soy el Señor, y no hay ningún otro. (Isaías 45:18)
Nuestro omnipotente Dios reina sobre su creación. La ciencia y la naturaleza no se oponen a Dios porque él creó el universo y lo bendijo con su bondad. En inglés la frase “estar tan ocupado que se olvida oler las rosas” se usa cuando las ocupaciones hacen que una persona no se detenga para apreciar lo bueno de este mundo. Lo invito a detenerse un momento y ver las huellas de la majestad de Dios a su alrededor. La grandeza de su creación nos llama a servirle y alabarle con todo nuestro ser. Dios está presente en todo momento. Solamente tiene que abrir sus ojos y maravillarse ante el asombroso diseño del dios bueno que reina sobre todo.
NOTE: This article was also published at LifeWay’s Liderazgo Transformador.