El Dr. Leroy Ford (1922-2012) fue uno de los educadores más importantes del siglo pasado. Tuvo un ministerio muy productivo como pastor, escritor y profesor en diferentes lugares. Trabajo por varios años en el Sunday School Board (ahora LifeWay) en donde fue el pionero en el currículo interactivo para adultos. De hecho, el currículo fue su área de especialización y muchos de sus libros siguen siendo lectura obligada en esta área. Como profesor en el Southwestern Baptist Theological Seminary transformó el currículo de la facultad de educación y estableció las bases para los cursos de enseñanza cristiana. Puede encontrar más información acerca de sus grandes contribuciones a la educación cristiana en este enlace que honra su vida y ministerio: https://www.biola.edu/talbot/ce20/database/leroy-ford
Tuve el placer de conocer a Leroy Ford durante mis años de enseñanza en el seminario Southwestern ya que él había regresado a vivir a Fort Worth, Texas después de vivir unos años en Colorado después de su jubilación del seminario. Lo invité varias veces a compartir en mis clases de enseñanza para que mis alumnos tuvieran la oportunidad de aprender del profesor que había diseñado esta materia muchos años antes. En una ocasión compartió conmigo un documento que había escrito originalmente en 1998 y que ha sido de gran influencia en mi vida. En este escrito Leroy Ford reflexionaba sobre su vida y su extenso ministerio y mencionaba las cosas que haría diferente si tuviera la oportunidad. Este pequeño artículo titulado “Si pudiera empezar otra vez…me gustaría pensar que yo haría…” (If I could begin over…I like to think that I would…) está lleno de sabiduría y trato de leerlo por lo menos una vez al año porque me ayuda a tener una perspectiva adecuada de mi propia vida y servicio como profesor cristiano.
Esta es la lista que escribió el Dr. Ford sobre las cosas que habría hecho diferente si tuviera la oportunidad. Lo animo a que la lea con detenimiento y reflexione sobre lo que es realmente importante en su vida:
1. Aprender por lo menos otro idioma
2. Hacer más memorable el estudio de la historia cristiana
3. Afirmar a las estudiantes mujeres en su llamado al ministerio. ¿Dios llama a los hombres al ministerio, pero no llama a las mujeres?
4. Leer la Biblia de una manera expectante
5. Aprender a jugar sin sentirme culpable
6. Conservar de manera recuperable mis propios documentos. El educador cristiano que tiene algo que decir, pero que no lo expresa de manera recuperable, pierde la posibilidad de un ministerio continuo
7. Simplificar mi concepto del propósito de la educación cristiana.
8. Ver parte de mi llamado simplemente como “caminar entre la gente”
9. Ministrar con más consistencia a “los más pequeños”
10. Considerar la enseñanza como una de las bellas artes
11. Aplicar de manera más intencional lo que las disciplinas fundamentales dicen sobre la enseñanza
12. Compartir con más frecuencia las experiencias que me han cambiado la vida
13. Poner más atención al momento apropiado en el que la gente está dispuesta a aprender
14. También ministrar a mi propia familia
15. Considerar que la iglesia enseña en todo lo que hace
16. Considerar el proceso de aprendizaje tan importante como el contenido
17. Rodear a mis hijos con los estímulos que producen las bellas artes
18. Repasar de vez en cuando los eventos que rodearon mi llamado al ministerio
19. Practicar con mayor gozo el dar ánimo a los demás
20. Aplicar el consejo del Cardenal Newman en mis relaciones interpersonales (“debemos conducirnos con nuestros enemigos como si un día fueran a convertirse en nuestros amigos”)
21. Ver el trabajo de la iglesia de una manera más ecuménica
22. Poner más atención a lo que el mundo de la gran literatura dice sobre mi trabajo
23. Ver el hogar como el principal contexto en el que corremos la carrera de la vida
24. Pulir el uso de los términos relacionados con el currículo
25. Calificar personalmente todos los exámenes y tareas de mis alumnos
Al repasar esta lista, ¿qué área de su vida necesita cambiar ahora? La edad nos da sabiduría, pero al mismo tiempo nos recuerda que no podemos recuperar el tiempo que ya se fue. Leroy Ford fue un excelente educador e impactó la vida de innumerables personas por muchas décadas y lo sigue haciendo en la actualidad por medio de sus escritos. Sin embargo, él mismo reconocía que habría hecho muchas cosas de manera diferente, aunque cuando se dio cuenta de esto ya era demasiado tarde. Usted y yo aún estamos a tiempo de enfocarnos en lo realmente importante y necesario. Do gracias por el ministerio del Dr. Ford, y aprecio su sabiduría y acepto su reto de hacer las cosas de manera diferente y con la perspectiva adecuada. ¿Acepta usted también su reto?